7 de febrero de 2010

Lostprophets - The Betrayed (2010)

Por fin, después de la sequía de discos de la segunda mitad del 2009 comienzan a salir los primeros lanzamientos. En este caso, a pesar de que no ser una banda excesivamente importante, sí es lo suficientemente conocida por muchos como para resultar un lanzamiento más que relevante.


Después del lanzamiento de su último album, Liberation Transmission, en el que la banda galesa dejaba a un lado en gran medida sus temas hard-rock y metaleros a favor de un sonido más rock y pop inspirado claramente en bandas de los 80 como The Cure o INXS, Lostprophets han vuelto con un disco en ocasiones más oscuro, con unas guitarras más afiladas y una base rítmica contundente en gran parte de los temas (no olvidemos que el anterior batería, Ilan Rubin, abandonó el grupo para incorporarse a Nine Inch Nails, tras lo cual la banda se hizo con los servicios de Luke Johnson, ex-batería de la banda de pop-punk Beat Union), pero sin dejar de lado el sonido de su anterior trabajo.

El disco comienza con una introducción titulada If It Wasn't For Hate We'd Be Dead By Now oscura, pesada, que puede recordarnos a bandas como los anteriormente citados Nine Inch Nails. Buen tema para comenzar, con el cantante Ian Watkins mostrando registros más graves que los habitualmente usados hasta una conclusión mucho más rockera que empalma directamente con el segundo tema del disco. Dstryr and Dstryr, que así se llama el segundo tema, es un tema que mezcla la vertiente hardcore del grupo con su vena más punk, recordándonos a bandas como The Offspring. Guitarras con ritmos limpios mezclados con distorsión potente y voces rasgadas que nos permiten ver cómo los galeses siguen fieles a su estilo pero dejando entrever un sonido mucho más agresivo. El siguiente tema, It's Not The End Of The World But I Can See It From Here no hará más que confirmar lo que nos ha dejado entrever las dos canciones anteriores, destacando en este el uso de coros en el estribillo, al igual que en otras canciones anteriores del grupo como Burn, Burn o Everyday Combat. Tres temas directos que dejan un buen sabor de boca en lo referente al comienzo del disco.

El cuarto tema del disco, Where We Belong, se desmarca de los anteriores y nos remite directamente a Liberation Transmission. Una canción mucho más tranquila, de rock alternativo, que nos puede recordar, por buscar un símil, a las canciones del último disco de Linkin Park. Tema que sin ser malo y claramente pegadizo desentona con los anteriores. El siguiente corte del disco, Next Stop Atro City, recupera la velocidad y la agresividad, incluyendo otra vez coros en gran parte de la canción que refuerzan la personalidad de la banda. For He's A Jolly Good Felon es de nuevo una canción de rock alternativo, con un buen estribillo pero quizás uno de los temas más flojos del disco si lo analizamos en su conjunto. Gustará sobre todo a los fans de su anterior disco.

A Better Nothing es quizás uno de los cortes más raros. Inclusiones de elementos electrónicos, un ritmo de batería más cercano al indie-rock y en ocasiones partes que remiten al primer tema del disco y a un estilo de rock más industrial. Estamos ante una canción que como casi todas las canciones de este grupo se refuerza en su estribillo, lo cuál facilita en gran medida su escucha. Streets of Nowhere y Dirty Little Heart son, en mi opinión, los peores temas del álbum, debido principalmente a su clara inspiración pop y a un sonido descafeinado e insulso. Darkest Blue continúa con el sonido de los dos anteriores, pero en este caso con más acierto, debido principalmente al uso de elementos que nos remite a otra de las grandes bandas de rock, U2. Pese a esto, no deja de ser un tema bastante normal, que desentona con el resto de canciones del disco y con su propuesta inicial.

Por último y cerrando el disco de manera similar a su comienzo The Light That Burns Twice As Bright, inspirado de nuevo en grupos como Nine Inch Nails y en canciones como The Day The World Went Away, desde un principio tranquilo y limpio, casi cercano a una balada, hasta una explosión de ritmos casi electrónicos y distorsiones oscuras y graves.

En resumen, la nueva propuesta de la banda galesa Lostprophets es una mezcla del sonido presente a lo largo de su carrera, donde podemos encontrar desde temas cercanos al hardcore y al hard-rock hasta temas claramente inspirados en las bandas de pop de los 80. Un buen disco, con un gran comienzo, pero que dista de ser el mejor en la carrera de la banda debido principalmente al afán de satisfacer el oído de todos los fans y a su paulatino desinflamiento a medida que avanza la escucha.

Nota: 7/10

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: Aquí

2 comentarios:

  1. Lastima que el batera Ilan Rubin dejo al grupo. Nunca tendran la presencia en vivo que tuvieron cuando el tocaba en el grupo.

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  2. Bueno, yo por ahora le doy un voto de confianza a su sustituto, pero está claro que es una baja importante.

    Eso sí, para mi como Josh Freese en su anterior álbum no hay ninguno

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